Storia: Un problema en el colegio (Un problema a scuola)
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Está oscuro. No hay luna en el cielo. Dos personas caminan rápidamente hacia el colegio. Es un edificio antiguo hecho de piedra. Parece casi un castillo.
È buio. Non c’è luna nel cielo. Due persone camminano velocemente verso la scuola. È un edificio vecchio, fatto di pietra. Sembra quasi un castello.
Se paran en la entrada principal.
Si fermano all’ingresso principale.
“Tercera puerta —” dice el hombre. Está asustado. No puede hablar.
“La terza porta —” dice l’uomo. È spaventato. Non riesce a parlare.
“Aquí estás a salvo,” dice la mujer.
“Qui sei al sicuro”, dice la donna.
El hombre respira. “Ve por el pasillo principal. Luego es la tercera puerta a la izquierda.”
L’uomo respira. “Attraversa l’atrio principale. Poi è la terza porta a sinistra.”
El hombre le ofrece una linterna. “Toma esto.” Ella la aparta.
L’uomo le porge una torcia. “Prendi questa.” Lei la respinge.
“¡Pero es peligroso, señorita Acero! La persona anterior que…”
“Ma è pericoloso, signorina Acciaio! La persona che è venuta prima…”
“No puedo usarla. En mi profesión, director… debo trabajar en la oscuridad. Mis… herramientas… están en mi bolso.”
“Non posso usarla. Nella mia professione, Preside… devo lavorare al buio. I miei… strumenti… sono nella mia borsa.”
La cara del hombre está pálida. “No quiero saber lo que hay ahí dentro,” dice. “Por favor, solo resuelve nuestro… problema.”
Il viso dell’uomo è pallido. “Non voglio sapere cosa c’è lì dentro”, dice. “Per favore, risolvi solo il nostro… problema.”
“Solo envía el segundo pago a tiempo,” dice la señorita Acero. Luego entra en el colegio. La puerta se cierra de golpe detrás de ella.
“Assicùrati solo che il secondo pagamento arrivi in tempo”, dice la signorina Acciaio. Poi entra nella scuola. La porta si chiude rumorosamente dietro di lei.
No hay nada de luz. No puede ver nada. Toca las paredes con las manos. La piedra está fría.
Non c’è alcuna luce. Non riesce a vedere niente. Tocca le pareti con le mani. La pietra è fredda.
Camina hacia delante. Sus pasos se escuchan fuertes. Son el único sonido. Sostiene su bolso cerca del pecho.
Cammina in avanti. I suoi passi sono rumorosi. Sono l’unico suono. Tiene la sua borsa stretta al petto.
Al otro lado del pasillo principal, hay un pasillo largo y estrecho. Hay muchas puertas a su izquierda y derecha. Cuenta las puertas. Una, dos, tres. Se para. Aguanta la respiración.
Dall’altra parte dell’atrio principale, c’è un corridoio lungo e stretto. Ci sono molte porte alla sua sinistra e destra. Conta le porte. Una, due, tre. Si ferma. Trattiene il respiro.
Debajo de la tercera puerta, puede ver algo de luz. La luz es muy tenue, con un color púrpura pálido. Escucha. Suena algo que da golpecitos y raspa.
Sotto la terza porta, scorge un po’ di luce. La luce è molto fioca, con un pallido colore viola. Si mette ad ascoltare. C’è un suono di ticchettio e graffi.
Entra en el aula. La puerta cruje con fuerza. La sala es grande, con muchas mesas y sillas.
Entra nella stanza. La porta scricchiola rumorosamente. La stanza è grande, con molti tavoli e sedie.
Un niño pequeño está sentado en una de las sillas. La luz púrpura viene de él.
Un ragazzino è seduto su una delle sedie. La luce viola proviene da lui.
Lentamente, la señorita Acero se acerca. Se queda de pie detrás del niño. Él está escribiendo en una pizarra con un trozo de tiza. Puede ver la escritura blanca a través de la espalda del niño.
Lentamente, la signorina Acciaio si avvicina. Si ferma dietro al ragazzino. Lui sta scrivendo su una lavagna con un pezzo di gesso. Lei vede la scritta bianca attraverso la schiena del ragazzino.
Necesita estar más cerca.
Ha bisogno di avvicinarsi di più.
“¿Puedo sentarme contigo?” pregunta en voz baja.
“Posso sedermi con te?” chiede tranquillamente.
El niño no responde. La tiza da golpecitos y raspa. Lentamente, la señorita Acero se sienta. El niño está muy frío. Puede sentirlo.
Il ragazzino non risponde. Il gesso ticchetta e graffia. Lentamente, la signorina Acciaio si siede. Il ragazzino è molto freddo. Lei lo sente.
“¿Eres otra cazafantasmas?” dice el niño de repente. “Yo también puedo hacerte daño.”
“Sei un’altra ammazza fantasmi?” dice improvvisamente il ragazzino. “Posso fare del male anche a te.”
“No quiero hacerte daño,” dice la señorita Acero rápidamente. Demasiado rápidamente.
“Non voglio farti del male”, dice subito la signorina Acciaio. Troppo in fretta.
“Quinientos diecisiete mil, doscientos cuarenta y seis,” dice el niño. Está mirando la pizarra. Hay números por todas partes. “Dividido entre cuarenta y dos mil ochocientos doce…”
“Cinquecento diciassette mila… duecento quarantasei”, dice il ragazzino. Sta guardando la lavagna. Ci sono numeri dappertutto. “Diviso quarantadue mila… ottocento dodici…”
“¿Estás… haciendo matemáticas?”
“Stai… facendo matematica?”
“¡Soy malo en matemáticas!” grita el niño. “Así que el profesor me castigó. Me dio este problema. Dijo: ‘¡No puedes irte hasta que lo resuelvas!’ Quinientos diecisiete mil…”
“Sono pessimo in matematica!” grida il ragazzino. “Allora il professore mi ha punito. Mi ha dato questo problema. Ha detto: ‘Non puoi andartene finché non lo risolvi!’ Cinquecento diciassette mila…”
“¿Y todavía lo intentas? ¿Cuánto tiempo…?”
“E ci stai ancora provando? Da quanto tempo…?”
“No lo sé… la vela aún está… oh… ¿dónde está la vela?”
“Non lo so… la candela è ancora… oh… dov’è la candela?”
El niño mira a su alrededor buscando la vela. No está mirando a la señorita Acero.
Il ragazzino cerca la candela con lo sguardo. Non guarda la signorina Acciaio.
En silencio, la señorita Acero abre su bolso. Observando al niño, busca dentro de su bolso. Lentamente, saca un objeto pequeño y negro. Lo pone sobre la mesa.
Silenziosamente, la signorina Acciaio apre la sua borsa. Osservando il ragazzino, cerca qualcosa dentro la borsa. Lentamente, tira fuori un piccolo oggetto nero. Lo mette sul tavolo.
“¿Qué es eso?” dice el niño de repente.
“Cos’è quello?” dice improvvisamente il ragazzino.
“Se llama calculadora.”
“Si chiama calcolatrice.”