Historia: Ein Tisch für Drei (Una mesa para tres)
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Der Koch stellte die Teller auf die Theke. Das Steak war perfekt. Das Gemüse war frisch und zart. Der Geruch der Sauce war köstlich. Heinrich nahm die Teller und trug sie gekonnt in den Speisesaal.
El chef colocó los platos sobre la encimera. El filete estaba perfecto. Las verduras estaban frescas y tiernas. El aroma de la salsa era apetitoso. Enrique recogió los platos y los llevó con elegancia al comedor.
Es gab nur einen Tisch in dem üppig dekorierten Raum. In der Ecke spielte eine Frau sanfte Klaviermusik. Die Wände waren aus Glas und der Blick auf das Meer war großartig.
Solo había una mesa en la sala ricamente decorada. En un rincón, una mujer tocaba suave música de piano. Las paredes eran de cristal y la vista al mar era magnífica.
Heinrich stellte einen Teller vor jeden der drei Männer und fing an, den Wein einzugießen.
Enrique colocó un plato frente a cada uno de los tres hombres y comenzó a servir el vino.
„Sie wurde also gewählt“, sagte ein Mann mit braunem Haar. „Aber ohne meine Unterstützung ist sie nichts.“
“Así que ha sido elegida”, dijo un hombre de pelo castaño. “Pero sin mi apoyo, no es nadie.”
Ein glatzköpfiger Mann sprach. „Nun kontrollieren Sie siebzehn Regierungen, oder nicht? Sie raffinierter Teufel!“
Un hombre calvo habló. “Son diecisiete gobiernos los que controlas ahora, ¿verdad? ¡Diabólico sinvergüenza!”
„Ich bitte um Verzeihung“, antwortete der Mann gekränkt. „Es sind achtzehn.“
“¡Perdón!” replicó el hombre, ofendido. “Son dieciocho.”
„Sie holen mich ein.“
“Ya casi me superas.”
Die Männer stießen mit ihren Gläsern an.
Los hombres chocaron sus copas.
Heinrich verneigte sich, verließ den Raum und ging zurück in die Küche. Er wusch sich die Hände und ging zum Badezimmer. In einer Kabine kontrollierte er seine versteckte Kamera. Das Gerät funktionierte noch einwandfrei.
Enrique se inclinó, salió de la sala y regresó a la cocina. Se lavó las manos y fue al baño. En un cubículo, revisó su cámara oculta. El dispositivo seguía funcionando correctamente.
Heinrich war ein verdeckter Reporter. Fünf Jahre lang hatte er vorgegeben, ein Kellner zu sein. Er hatte bei zehn verschiedenen Catering-Unternehmen gearbeitet. All dies war dafür, dass er an diesem Abend den drei Männern das Abendessen servieren konnte.
Enrique era un reportero encubierto. Durante más de cinco años, había fingido ser camarero. Había trabajado en diez empresas de catering diferentes. Todo para poder servir la cena a los tres hombres esa noche.
Jeder, der für die Firma arbeitete, hatte einen strengen Vertrag. Falls sie irgendetwas, was sie hörten, verrieten, war die Strafe extrem harsch. Aber Heinrich war das egal: Es war wichtiger, der Welt die Wahrheit zu zeigen.
Todos los que trabajaban para la empresa tenían un contrato estricto. Si revelaban algo de lo que oían, la pena era extremadamente severa. Pero a Enrique no le importaba: era más importante mostrarle al mundo la verdad.
Er wusch sich erneut die Hände, ging zurück in die Küche, und half, das Dessert vorzubereiten. Es war ein luxuriöses Törtchen, gemacht aus seltener dunkler Schokolade und dekoriert mit Gold.
Se volvió a lavar las manos, regresó a la cocina y ayudó a preparar el postre. Era una tarta lujosa, hecha con un chocolate negro poco común, y decorada con oro.
Als Heinrich das Dessert in den Speisesaal brachte, lachten die drei Männer gerade.
Cuando Enrique llevó el postre al comedor, los tres hombres se estaban riendo.
„Es ist mir egal, ob die Präsidentin an den Klimawandel glaubt“, sagte ein Mann mit lockigem Haar. „Ich habe geheime Untergrundhäuser auf jedem Kontinent. Sie kann zusammen mit allen anderen verbrennen.“
“No me importa si la Presidenta cree en el cambio climático”, dijo un hombre de pelo rizado. “Tengo casas subterráneas secretas en cada continente. Ella puede arder junto con los demás.”
„Untergrund?“, lachte der Mann mit braunem Haar. „Genießen Sie Ihr Leben als Maulwurf. Ich werde Ihnen aus dem Orbit zuwinken.“
“¿Subterráneas?” rio el hombre de pelo castaño. “Disfruta de tu vida como un topo. Te saludaré desde la órbita.”
Der dritte Mann spottete. „Weltall? Ich bleibe hier auf der Erde. Wenn es heiß ist, habe ich eine Klimaanlage. Wenn es kalt ist, habe ich eine Heizung. Wenn es etwas gibt, das ich brauche, habe ich eine Armee von Robotern.“
El tercer hombre se burló. “¿El espacio? Me quedo aquí mismo en la Tierra. Si hace calor, tengo aire acondicionado. Si hace frío, tengo calefacción. Si necesito algo, tengo un ejército de robots.”
Heinrich schaute auf das Schokoladentörtchen. Er fühlte sich krank. Er stellte eine vor jeden Mann und goss mehr Wein ein.
Enrique miró las tartas de chocolate. Se sintió mal. Colocó una frente a cada hombre y sirvió más vino.
„Wissen Sie, ich fühle mich manchmal schlecht für sie“, sagte der glatzköpfige Mann. „Milliarden Menschen arbeiten so viel für so wenig. Wie unser Kellner.“
“¿Sabéis? A veces me da lástima por ellos”, dijo el hombre calvo. “Miles de millones de personas, trabajando tan duro, por tan poco. Como nuestro camarero.”
Heinrich erstarrte.
Enrique se paralizó.
„Sehen Sie sich diesen Mann an. Merken Sie, dass er fünf Jahre lang gearbeitet hat, nur um heute Abend hier zu sein?“
“Mira a este hombre. ¿Te das cuenta de que ha trabajado cinco años solo para estar aquí esta noche?”