Historia: Die letzte Rede des Bürgermeisters (El último discurso del alcalde)
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Eine große Menge besorgter Bürger hatte sich versammelt, um die Rede des Bürgermeisters zu hören.
Una gran multitud de ciudadanos preocupados se había reunido para escuchar el discurso del alcalde.
„Vor drei Jahren habt ihr mich mit eurer Stimme geehrt“, sagte er. „Aber ich habe euch enttäuscht. Der Stadt ist das Geld ausgegangen.“
“Hace tres años, me honrasteis con vuestro voto”, dijo. “Pero os he fallado. El pueblo se ha quedado sin dinero”.
„Wo ist es denn alles hin?“ schrie der Metzger.
“¿A dónde ha ido a parar?”, gritó el carnicero.
„Erinnert ihr euch noch an das Bierfestival?“ fragte der Bürgermeister.
“¿Recordáis el festival de la cerveza?”, dijo el alcalde.
Letztes Jahr hatte die Stadt beschlossen, ein extravagantes Bierfestival zu veranstalten. In seiner Wahlkampagne hatte der Bürgermeister gesagt, es würde die lokale Wirtschaft ankurbeln. Hunderte Zelte wurden errichtet, mit Beleuchtung, sanitären Anlagen und rustikalen Dekorationen. Tausende Besucher kamen, um zwei Wochen lang zu feiern.
El año pasado, el pueblo había votado a favor de celebrar un extravagante festival de la cerveza. Durante su campaña, el alcalde había asegurado que impulsaría la economía local. Se instalaron cientos de carpas con iluminación, fontanería y decoración rústica. Miles de personas vinieron a la fiesta durante dos semanas.
„Wir räumen immer noch das Chaos auf“, erklärte der Bürgermeister. „Wir haben die Zelte im Keller des Museums gelagert, aber jetzt sind sie verschimmelt… und der Keller auch.“
“Aún seguimos limpiando el desastre”, explicó el alcalde. “Guardamos las carpas en el sótano del museo, pero ahora están llenas de moho… y el sótano también”.
„Nun, was haben Sie jetzt vor?“ fragte jemand.
“Bueno, ¿cuál es tu plan?”, preguntó alguien.
„Mir sind die Ideen ausgegangen“, gab der Bürgermeister zu. „Deshalb trete ich zurück und verlasse die Stadt… in Schande.“ Er wischte sich mit seiner Krawatte eine Träne weg.
“Me he quedado sin ideas”, admitió el alcalde. “Por eso voy a dimitir y marcharme del pueblo… avergonzado”. Se secó una lágrima con la corbata.
Die Menge murmelte besorgt.
La multitud murmuró preocupada.
„Sagen Sie das nicht!“, sagte eine Frau in einem rosa Kleid. „Sie haben Ihr Bestes gegeben. Sie müssen uns nicht verlassen.“
“¡No digas eso!”, dijo una mujer vestida de rosa. “Has hecho lo que has podido. No tienes por qué abandonarnos”.
„Das muss ich“, sagte der Bürgermeister traurig. „Wie kann ich mit euch leben, wissend, dass ich euch enttäuscht habe? Ich habe meine Koffer bereits gepackt. Ich möchte keine große Aufregung. Mein Zug fährt in zwei Stunden.“
“Sí, debo hacerlo”, dijo el alcalde tristemente. “¿Cómo podría vivir entre vosotros sabiendo que os he fallado? Ya tengo las maletas hechas. No quiero líos. Mi tren sale en dos horas”.
„Warten Sie – wir können die Stadt noch retten! Wir können den Tresor der Schönfelds öffnen!“
“¡Espera! ¡Todavía podemos salvar el pueblo! ¡Podemos abrir la cámara acorazada de los Bellocampo!”
Seit Generationen waren die Schönfelds die reichste Familie der Stadt gewesen. Als die letzte Schönfeld gestorben war, hatte sie verfügt, dass ihr Familientresor für hundert Jahre verschlossen bleiben solle. Danach würde der Inhalt des Tresors Eigentum der Stadt werden. Es sollte nächstes Jahr geöffnet werden.
Durante generaciones, los Bellocampo habían sido la familia más rica del pueblo. Cuando murió la última Bellocampo, dejó instrucciones para que la cámara familiar permaneciera cerrada durante cien años. Pasado ese tiempo, el contenido pasaría a ser propiedad del pueblo. Estaba previsto abrirla el año siguiente.
„Aber… nein!“, rief der Bürgermeister. „Die Schönfelds waren gut zu dieser Stadt. Sie bauten die Schulen, pflasterten die Straßen und spendeten ihr Leben lang für gute Zwecke. Wir dürfen Mrs Schönfelds Wünsche nicht missachten! Wir würden zwar ihr Geld gewinnen – aber unsere Würde verlieren!“
“¡Pero… no!”, exclamó el alcalde. “Los Bellocampo fueron generosos con este pueblo. Construyeron los colegios, pavimentaron las calles y donaron a buenas causas durante toda su vida. ¡No podemos faltarle al respeto a los deseos de la señora Fairfield! Conseguiríamos su dinero, ¡pero perderíamos nuestra dignidad!”
„Haben Sie ‚Geld‘ gesagt?“, rief jemand. „Auf geht’s!“
“¿Has dicho ‘dinero’?”, gritó alguien. “¡Vamos allá!”
Die Menge stürmte auf das alte Herrenhaus zu, in dem die Schönfelds gelebt hatten. Sie brachen die Tore auf und rannten hinein. Bald fanden sie die Treppe, die in den Untergrund führte, zu einer schweren Metalltür.
La multitud corrió hacia la antigua mansión donde habían vivido los Bellocampo. Derribaron las puertas e irrumpieron en el interior. Pronto encontraron las escaleras que conducían bajo tierra, a una pesada puerta metálica.
„Geht zur Seite!“, schrie der Bürgermeister. Er drängte sich nach vorn. „Wenn ihr auf diesem Vorgehen besteht, werde ich die Tür öffnen. Dann braucht keiner von euch ein schlechtes Gewissen zu haben. Ich übernehme die volle Verantwortung. Lasst mich dies noch für euch tun, bevor ich gehe.“
“¡Apartáos!”, gritó el alcalde. Se abrió paso hasta llegar al frente. “Si insistís en seguir adelante, seré yo quien abra la puerta. Así ninguno de vosotros se sentirá culpable. Asumiré toda la responsabilidad. Permitidme hacerlo por vosotros antes de marcharme”.
Ein dankbares Murmeln ging durch die Menge. Die Frau in Rosa legte die Hand aufs Herz.
Se oyó un murmullo de agradecimiento. La mujer de rosa se llevó la mano al corazón.
Der Bürgermeister drehte den riesigen Griff. Man hörte, wie Zahnräder sich drehten, gefolgt von einem lauten Knirschen. Der Bürgermeister hievte die Tür auf, und alle strömten hinein.
El alcalde giró la enorme manivela. Se escuchó el ruido de engranajes, seguido de un fuerte crujido. El alcalde abrió la puerta con esfuerzo y todos entraron rápidamente.
Die Leute leuchteten mit ihren Taschenlampen in dem steinernen Raum umher. An den Wänden hingen zahlreiche Porträts. In der Mitte befand sich ein steinerner Sockel. Ansonsten war der Raum leer.
La gente iluminó con linternas la sala de piedra. Había numerosos retratos en las paredes. En el centro había un pedestal de piedra. Por lo demás, la sala estaba vacía.
„Hier steht eine Inschrift!“, sagte der Bürgermeister aufgeregt. Jemand leuchtete mit seiner Lampe auf den Sockel, und der Bürgermeister las laut vor: „Die Menschen auf den Porträts sind meine Familie und Freunde. Ich besaß großen Reichtum, aber nichts war mir kostbarer als sie. Es waren Menschen wie ihr. Denkt daran: Solange ihr die Menschen habt, die ihr liebt, seid ihr reicher als ein König oder eine Königin.“
“¡Hay una inscripción!”, dijo el alcalde entusiasmado. Alguien dirigió su linterna hacia el pedestal y el alcalde leyó en voz alta: “Las personas de estos retratos son mi familia y amigos. Tuve una gran fortuna, pero no hubo nada más valioso para mí que ellos. Eran personas tal y como vosotros. Recordad: mientras tengáis cerca a las personas que amáis, seréis más ricos que un rey o una reina”.
„Also… der wahre Schatz war…“, sagte der Metzger langsam.
“Entonces… el verdadero tesoro era…”, dijo lentamente el carnicero.
„Ach, halt doch den Mund!“, sagte die Frau in Rosa. „Diese nutzlose, reiche alte Frau! Für diesen sentimentalen Quatsch hat sie uns ein Jahrhundert warten lassen?“
“¡Oh, cállate!”, dijo la mujer de rosa. “¡Esa vieja inútil y rica! ¿Nos hizo esperar un siglo para esta cursilada?”
Die Menge verschwand, verärgert, enttäuscht und durstig. Viele von ihnen hatten bereits begonnen, über das nächste Bierfestival nachzudenken.
La multitud se dispersó, enfadada, decepcionada y sedienta. Muchos de ellos ya estaban pensando en el próximo festival de la cerveza.
Nachdem alle gegangen waren, seufzte der Bürgermeister und verschloss die Tür wieder. Er holte sein Handy heraus und rief seinen Geschäftspartner an.
Después de que todos se hubieron marchado, el alcalde suspiró y volvió a cerrar la puerta con llave. Sacó su teléfono y llamó a su socio.
„Der Sockel, den du gemacht hast, war absolut überzeugend!“, sagte er. „Nein, niemandem ist aufgefallen, dass die Tür vorher schon einmal geöffnet worden war. Aber lass uns später bei einem Bier darüber sprechen, ja? Ich muss noch einen Zug erwischen.“
“¡El pedestal que hiciste ha sido totalmente convincente!”, dijo. “No, nadie se ha dado cuenta de que la puerta ya había sido abierta antes. Pero ya lo hablamos luego con una cerveza, ¿vale? Ahora tengo que coger un tren”.